Diferencias individuales en el rendimiento escolar

 Buenos días a todas y a todos!!

¿Somos conscientes de lo que pueden llegar a influir las diferencias individuales en el rendimiento académico de un/a niño/a?

Los seres humanos nos parecemos mucho entre nosotros, pero al mismo tiempo somos muy diferentes, ya que, todas las especies, tienen algo en común si partimos de las mismas bases.

Si algún día intentáramos encontrar las diferencias entre dos personas o animales, llegaríamos a la conclusión de que hay muchas, pero no sólo en el aspecto físico, sino también en el comportamiento.
Son estas diferencias, las que hacen que cada uno de nosotros seamos únicos, propios, diferentes y que nos reconozcan rápidamente como un individuo determinado.

La psicología diferencial lo que hace es comparar a las personas y a los grupos de personas, según diferentes variables psicológicas y a partir del conocimiento general que tenemos de ellas.
Por ejemplo: ante una clase nueva, un/una profesor/a, puede estar seguro de que los alumnos van a ser muy diferentes entre sí. Algunas diferencias resultan evidentes desde el primer momento: los nombres, antecedentes étnicos, religiosos o de clase social, por la reputación que tenga el niño o la niña en la escuela, porque su familia sea conocida en el centro…

La escuela minimiza muchas de estas diferencias, agrupando a los alumnos y alumnas por su edad y, posiblemente, según su rendimiento académico anterior. Sin embargo, tanto las niñas como los niños son muy diferentes entre sí. Las diferencias entre los niños se hacen evidentes cuando empiezan a trabajar en tareas semejantes para todos ellos, ya que los más veteranos hacen considerables esfuerzos y manifiestan su ingenio para afirmar su individualidad. Por norma general, todas las clases tienen más o menos el mismo porcentaje de alumnos, con una base común y un ritmo similar. 

Habrá quienes siempre estén dispuestos/as a trabajar u otros/as que les cueste más, por eso, será el o la profesor/a la persona que tratará de encontrar el enfoque que parezca más adecuado a determinados alumnos, de captar su atención y su interés, para buscar una forma propia de encontrar tareas acorde a ellos, según sus éxitos o fracasos.

También hay que reconocer que los profesores y maestros, son tan distintos entre sí como los alumnos, ya que, cada uno tiene su currículum y métodos de enseñanza, la disciplina y la atención personal, pero no hay dos aulas completamente iguales: el mismo grupo de clase puede comportarse de forma diferente con un profesor u otro y cada alumno se comportará de distinta forma en aulas diferentes y con profesores distintos.

Desde mi punto de vista, esas variaciones siempre han suscitado controversias, ya que siempre va a existir disputas entre quienes creen que la educación ha de ajustarse a cada uno de manera que satisfaga las necesidades individuales y los que defienden la igualdad de tratamiento para todos.
Esta cuestión aparece en los debates actuales sobre la selección educativa, el agrupamiento de alumnos según su rendimiento y la enseñanza a “ grupos de alumnos de capacidades diferentes”.

Por ese motivo, surgieron los test de inteligencia, vinculado con la selección de alumnos para distintos tipos de escuelas. Pero no son solo estos test, sino también los psicólogos están implicados en las decisiones sobre los niños y las niñas con necesidades educativas especiales o cuya conducta resulta problemática para la escuela. 
 A mí parecer, un test no debería de medir la inteligencia de un niño, ya que muchas veces no tenemos un buen día y solemos fallar en cosas que en verdad sabemos, pero en ese momento no nos hemos dado cuenta. Igual sucede con los exámenes, ya que, nunca voy a entender porque un papel con preguntas va a contar siempre mucho más que el trabajo diario y constante que hace cualquier alumno u alumna.


FUENTE DE LA FOTO: Pixabay



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